23 de septiembre de 2009

Al cruzar la calle



He salido a por pan.
Voy de transeúnte por la acera de mi ciudad en agosto. Busco una panadería y un semáforo en rojo me dice: no se pasa. Es agosto. No hay coches en la calle, están en la playa. Miro a un lado y a otro. Para que esperar. Cruzo la calle con el semáforo en rojo. Con la habilidad que me caracteriza he sacado un cigarrillo del bolsillo acercándolo a mis labios.
Un golpe en las piernas y estas salen volando en un impresionante salto mortal carpado, con posibilidad de incluir medio tirabuzón. Las piernas en el aire por encima de mi cabeza. ¿Como han ido a parar ahí?. Mi cabeza invertida, los pies al aire, quiero decir arriba, aunque también al aire, las sandalias se fueron. ¡Adiós!.
Todo mi cráneo impacta contra el parabrisas del coche desconocido, frena mi cabeza, acentuando el giro de las piernas rotas, “por lo que veo desde mi posición es evidente que las piernas van rotas, eso debe de doler, la que me espera”.
Todo va tan rápido que mi cerebro no ha recibido avisos de dolor de ninguna parte, pero por rigurosa deducción es evidente que el aviso llegará y si no hay nada que lo impida me va a doler.
El giro me lleva a sobrepasar el largo coche desconocido que me está atropellando, voy descendiendo directo al asfalto, detrás del coche.
Y veo
Un coche pasado de frenada.
Un cuerpo detrás sobre el asfalto.
Ha sido mi primer salto mortal, además carpado, con medio tirabuzón, no ha sido considerado por los jueces de silla, por la evidente carencia de jueces en Agosto y en la calle.
A pesar de la gravedad de la situación, antes de perder al completo la consciencia o la vida, pues no sé aún como terminara el sucedido.
Me he dado cuenta de dos cosas, primero y por poner orden: La fuerza de la gravedad existe, ha hecho su trabajo con la eficacia que le caracteriza, un giro mas o menos elaborado encadenado a la inercia, velocidad y esas otras formulas de matemáticas aplicadas, aplicadas al incidente.
Segundo: Mi cara no esta preparada para impactar con el asfalto, con el negro, sucio, granulado asfalto, en el camino de coches.
En definitiva: Es peligroso sacar un cigarrillo mientras cruzas la calle. Tendría que dejar de fumar.
En estos momentos me doy cuenta de mi incoherencia y paso a un fundido en negro.