10 de julio de 2009

mil camellos



Mil camellos en un oasis beben agua, comen dátiles.

Un beduino los ve, los quiere para sí.

Mil camellos rodean al Beduino y hacen vibrar el belfo inferior.
Mil camellos pastan en el oasis y el beduino se siente rico por tener mil camellos.

Al Beduino le gustaría llamar a sus amigos y hablarles de sus posesiones, de su nueva opulencia. Compartir con ellos su buena estrella.

Pero no se marcha por temor a que le roben.

Echa en falta una bella Hurí.
En todo caso, una familia, unos niños jugando, también unos envidiosos vecinos.

Pero no se marcha por temor a que le roben.

El Beduino sueña con viajar y conocer otras gentes, se ve a sí mismo comerciar con alfombras turcas, con delicadas pasminas.
Va y viene, llevando té, tomando té.
Conociendo.

Pero no se marcha por temor a que le roben.

Cada noche construye un nuevo palacio y unas hermosas cuadras para sus mil camellos.
Cada noche los amigos le traen presentes.
Cada noche les enseña los ricos establos llenos de mil camellos.

Cada día el sol derrite sus minaretes.
Cada día la arena sumerge su casa.
Cada día.

Ha pasado tanto tiempo y los camellos no tienen memoria. No hay nadie para contar la historia del Beduino de los mil camellos.
Hay un oasis con dos mil camellos, que beben agua, que comen dátiles, pastan tranquilos en el famoso oasis de los mil camellos.

Un beduino que les ve ...

Pero no se marcha por temor a que le roben.

8 de julio de 2009

Celestino Hombrigo. II


Frases con sustancia de mi amigo celestino


Herido de amor, hundido. Solo.
Ascenso equivocado.
Remedios.
***
Remesas insospechadas de dulce de membrillo.
***
Quita tu mano del sol que abrasa.
Tapa un poco de mi miedo, se acerca el invierno.
***
Se asoma.
Hay alguien ahí.
***
Dices tantas cosas sin sustancia
que adormeces a los muertos.
***
Los cadáveres de miríadas de gusanos lampiños,
invierten en nauseas que los alimenten.
***
Sabes que me duele verte.
***
Tengo poco que decir, nada que hablar.
Encerrado en mi mutismo ingenuo, espero que se resuelva el mundo por sí solo.
Al menos lo mas cercano, al menos mis seres queridos.
***

Por la escalera abajo, desde el desván que han limpiado, bajan ellas.
Rociaditas de sudor
***
Una brisa me persigue trayendo olores de mujer.
Me gusta oír música cuando estoy enamorado,
sólo, cuando estoy enamorado
Sorpresa, lo que sus manos producen en mi piel.
***
Miro tus ojos
Actos gratuitos.
***
Alamedas que al río llevan
Alamedas para mis sueños
Alamedas
***
Bosques de cipreses,
Jardín florido
Fuente en un parque
Amor perdido
***
Caminas a la sombra de tus soledades
***
Irritante la primavera y los estornudos
***

5 de julio de 2009

Asi en plural, 3ª parte



Tengo la tendencia de leer, no sé como justificarme, tampoco sé que le encuentro a eso de leer tanto garabato ininteligible, si no fuera por mi desbocada tendencia a imaginarme historias cuando leo. También cuando escucho. Debilidad imperdonable de carácter que me hace caer en las musarañas. Quiero decir que a veces me cuelgo del techo o del aire por puro vicio, por mor de los ensueños. Discurre así mi pasar cotidiano semejante a una acelga sin aliñar. Sosa la vida, mas los sueños, ¡ caray con los sueños ! esos sí tienen sustancia e intención.
Tal vez por eso me encanta reescribir los mitos, por ejemplo el origen del hombre, el primer hermanicidio, los ogros que habitan el bosque, -espera ... de los ogros todavía no he contado nada.

Los Ogros, el Ogro
Los primeros seres humanos tienen su origen en el África. Pero como no se podían estar quietos y son seres móviles de amplia cobertura, se desplazan por todas partes. En su deambular tropiezan con plantas y animales. Tienen una naturaleza curiosa y estómagos resistentes y le hacen a todo sin problemas. Ocupan un lugar y se lo comen, cuando empieza a escasear la cosa unos se van y otros se quedan (los perezosos) – y es que ir p’a n’a.-
Y ahí los tienes con sus añagazas para cazar pájaros, con sus silex para cortar las carnes de las carroñas que encontraban. También es de presumir que algo debían cazar, los mas pequeños y débiles de la fauna. Me resisto a creer que los primitivos fueran esencialmente cazadores, solo hace falta comparar la dentadura de otros animales carroñeros, leones, hienas ... y comprobar que nuestras muelas son multiuso. Es decir pueden masticar carne y altramuces, nueces, avellanas, melocotones y alguna raíz o tubérculo cebollino, que nosotros podemos masticar y que otros no.
-Me disperso. - Mucho.
Parece que de antiguo habían ocupado muchas partes del planeta unos parientes lejanos, muy lejanos, - Neardental - y eran feos con avaricia.
¿Que hacemos hoy en día cuando nos encontramos con gente en unas tierras que nos gustan?.
Respuesta: Les conquistamos, y al que no le guste que se retire al bosque. Evidentemente, el símil sirve para nuestra época, cambia tierra por óleo negro o diamantes o etcétera.
Una vez soslayados los primos lejanos y para no hacernos mala sangre, pues contamos historias divertidas a la lumbre de una amplia fogata. Aparte de dar miedo y risa, se educa a los niños para que no se alejen mucho del poblado, y del bosque ni mentarlo: que hay allí unas bestias feroces de prominentes mandíbulas, que se comen a los niños malos, con esas manazas y grande colmillos, y ese olor nauseabundo apestándolo todo, están ahí al acecho, en lo profundo del bosque.
Claro, la mujer o la mama del ogro será una bruja que coge hierbas y otras guarrerías con las que hace extraños brebajes ... cocinando a los tiernos infantes.
Creces con esas historias, y cuando llega el momento de ser hombre y demostrarlo. “Porque no incordiar ogros”. Es mas los jóvenes más corajudos tendrán tendencia de hacer algo mas que molestarlos y cuando se aburren se juntan varios para apalear ogros.
Los probiños serían feos pero tenían su coranzocito y hartos de broncas y palizas se van retirando, se van alejando. Y tanta dificultad merma su especie, van quedando cada vez menos, hasta llegar al umbral sin retorno y desaparecen.
Nos quedan los restos fósiles y nos quedan los cuentos.